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CON LOS PIES LLENOS DE ARENA

Pero mi pasado en una gran ciudad como Madrid, queda atrás en cuanto salgo de mi habitación y salto a la duna en la que se encuentra este hospital pediátrico. En medio de arena de playa y muy cerca del Ecuador del Mundo se levanta este pequeño gran hospital en el que entro cada mañana a trabajar con unas sandalias muy usadas y con los pies cubiertos de arena. Esta sensación incluso algo incómoda me mete cada día en la realidad en la que me muevo ahora, en esta África costera, cálida y natural.

Cada día entro en la verdad de Lamu, un paraíso con un elevado nivel de pobreza y educativo. Muchas de nuestras familias tienen 6-8 hijos y viven con un salario mensual de 40 o 50 euros. Muchas madres no trabajan e incluso las que son viudas o han sido abandonadas tienen muchas dificultades para encontrar si quiera un pequeño medio de vida. No pueden permitirse la asistencia sanitaria porque muchos no tienen ni cubiertas las necesidades alimenticias, comiendo una vez al día y viviendo sin agua y sin electricidad. Aquí la luz del sol es casi cegadora cada mañana pero detrás de ella me encuentro muchos niños en pésimas condiciones de salud.

MartaGarciaLos últimos datos publicados en Kenia datan el índice de malnutrición en torno al 35% de la población y esos son los niños que llegan cada día a nuestro hospital. Hoy mismo, en este mismo momento, en la sala de ingresos tenemos 3 niños en una situación vital casi extrema: Hawa que tiene 8 meses y pesa apenas 4 kg y que sufrió una quemadura al nacer cuya cicatriz prácticamente ha cerrado sus orificios nasales, Richard que tiene 7 meses y pesa 3.3 kg, fue un bajo peso al nacer (y nació en su casa, no en un hospital, sin ningún cuidado médico) y además de sus dificultades para alimentarse, lleva un mes seguido con diarrea y Allan que es el que está más grave. Allan tiene poco más de un año y pesa 3.9 kg. En más de un año de vida ha ganado 900 gramos de peso. Sólo tiene esqueleto y piel, no sabe ni siquiera sentarse, no tiene fuerzas suficientes… pero sí muchas ganas de vivir. Junto con Hawa, Richard y Allan está Tahareen una niña de 13 años con una cardiopatía reumática que necesita una nueva intervención quirúrgica, porque está en una situación de fallo cardiaco, con el hígado inflamado y las piernas llenas de edemas por la sangre que el cansado corazón no es capaz de bombear. Tahareen no es la única niña que necesita operarse. Yussuf, Maadh, Amos, Grivin, Rosy, Mwnahamisi y otros niños más. Desde el hospital les damos soporte mientras llega esa cirugía que en algunas ocasiones ni siquiera puede realizarse en Kenia. Gracias a las campañas cardiológicas españolas y al dinero para enviar a los niños a cardiólogos expertos en Mombasa y Nairobi, estos niños van teniendo un seguimiento de cerca, a la vez que se les administra toda la medicación que necesitan y el soporte nutricional adecuado. Otros 30 niños con problemas cardiacos están en seguimiento, algunos ya fueron operados gracias a la solidaridad de mucha gente, otros se controlan con medicación y mucha mucha atención continuada.

Hay muchos otros niños que necesitan mucha ayuda…. los niños diabéticos con complicaciones renales u oculares y también los niños con trastornos neurológicos…. Es impresionante comprobar la cantidad de niños que se acercan a nuestro hospital y que presentan parálisis cerebrales y grandes retrasos mentales, niños con síndromes genéticos o con escaso desarrollo cerebral por problemas durante el parto. Estos niños suponen un gran reto para los médicos por las numerosas complicaciones que sufren: grandes infecciones, paradas cardiorrespiratorias…. En Lamu, al contrario que en España, las familias no tienen ninguna ayuda del gobierno para cuidar de estos niños y muchos viven toda su vida postrados en una cama. Como pediatra y con el respaldo del hospital les ofrecemos soporte nutricional, tratamiento de sus complicaciones, detección y tratamiento de la epilepsia asociada y seguimiento de la rehabilitación. Sylvia, Omar, Mohamed, Zeinab y otros muchos nunca nos devuelven la sonrisa cuando vienen al hospital porque muchas veces ni siquiera han aprendido a sonreír, pero sí sus familias que se sienten acompañadas en su drama diario. No están solas y gozan del derecho a que se les cuide y se luche por ellos.Y son muchos niños más. Ramadhan de poco más de 2 años que nos ha dejado recientemente mientras luchaba contra su letal leucemia o Amina que se recupera de una gravísima encefalitis y que en pocas semanas volverá a caminar. Las dos caras de la misma moneda…. pero de la única moneda en el mundo donde la probabilidad de que salgan ambas caras no es la misma… el lado del sí se puede y la recuperación es mucho más frecuente que el del fracaso.

Y eso es gracias al amor de mucha gente que comparte su dinero con ánimo solidario y desprendido y gracias a los que trabajamos cada día llenos de amor y gratitud, con los pies llenos de arena.

Marta García Ascaso. Lamu, Febrero 2014.

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